LA BÚSQUEDA INDÓMITA DE LA VERDAD

Y si te
sientas
detrás
del todo
del bus
sigues
sin ser
nadie
pero tiene
las mejores
vistas,
todas
si sabes
acoplarte
al sistema
de visión
panorámica
que te revienta
el cerebro
algunas
veces,
es como
ver un cráneo
con
alopecia
evidente,
el mismo
modo
que tiene
tu abuelo,
tu padre
y el que tendrás
tú,
y sientes
cariño,
porque
si haces
barridos
visuales
podría
ser tu padre
el que
se sienta
a dos
o tres
asientos
más
adelante,
y hará
algunos
años
que tú
padre
también
volvía
del trabajo
en bus,
o quizá
siga haciéndolo,
y algún
desconocido,
como podría
ser yo,
siento
un instinto
casi familiar,
casi materno,
si por ti fuese
y fueras un mapache
te tirarías
a esa cabeza
para cubrirla
del frío,
eso es amor,
todo es un círculo
una elipse,
o el círculo
más cuadrado
que haya dibujado
tu sobrino,
qué fácil
es pensar
todo esto,
que tú cerebro
vaya
a mil por hora,
porque
todo lo anterior
pasó
en un segundo,
qué facilidad,
pero qué difícil
es estar
entrenado
para más
que algo innato
sea una habilidad,
después
de machacarte
los sesos
contras
las paredes
de ladrillos
naranjas,
que te subasten
en ebay,
qué fácil
es sorprender,
sólo
es una idea
que jamás
pensarías
aplicar
al final,
una idea
de otro
sector
del universo,
el círculo,
y el amor
en el bus,
y el odio,
qué no he
pensando
de vuelta
a casa,
o de ida a clase,
qué reflexiones
sobre
la humanidad
no han paseado
de mis tobillos
a mis tímpanos
tropezándose
con los
pantalones,
un hombre
masturbándose
es tan
real
y tan profundo
como la lágrima
de estupor
al sentir
el mundo
en unas
de tus capas
dérmicas,
le robaron
a nuestra
conciencia
el tejido
subcutáneo,
lo que
viene
a ser metafóricamente (hoy sí hay metáfora, ahora, justo, ya se ha ido...)
el corazón,
pero
me basto
con el abono
transporte
y coger
cualquier
bus,
a cualquier
horizonte
que
he conseguido
depositar
en mí,
está
claro,
son más
que vértigos,
puedes volar
pero el
transporte
físico
será
el autobús,
que te quede
claro,
la profundidad
de la mecánica
me parece
que está
forzada,
no fluye
como tendría
que fluir,
pero a veces
no es sólo
eso,
¿qué estupidez,no?
¿pensar
en máquinas
como algo natural?
-sí sí sí no no no sí sí no no sí no-
me quedaré
callado
porque a veces
afirmo ( y con razón)
que no se comprende
a dónde voy.
[Después de todo,
sólo
se supone
una meta
física,
un rumbo,
un lugar,
todo preestablecido,
¿pero qué pasa
si quiero
dejar mi cuerpo
en un silla
plegable
y hacer
el camino
con mi conciencia
y mente,
con mi alma
caminando
y con callos,
ir a dónde
no se tenía
previsto,
más cerca
del “nunca
ha estado
nadie allí”,
qué pasaría?,
tranquilo
esto está
entre corchetes,
sería como un corte
del director,
pero es
mi mente,
parece
tan frágil
y simple, - como aquello que se ve pero es imposible de coger con las manos, es demasiado - y sólo/solo... pero,
pero sólo
tienes
que darte
la vuelta
y abrir
tus receptores
de luz
para ver
que no
es tan sencillo,
podrías
cambiar,
quizá,
posible,
¿porqué no?
seguramente. Después de la descompresión de planos en tu cerebro, todo cambia.
Así es.]


Carlos Gutiérrez H, La búsqueda indómita de la verdad

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